En respuesta al artículo "Visceral" :: Mayo 2010

En mayo del 2010 publiqué el artículo "Homosexualidad... este... mejor hablemos de otra cosa" y José Luis de Mardel me respondió dirigiéndome a un artículo suyo: "Visceral".

La respuesta mía a sus comentarios (o mejor dicho, a su artículo) la publico aquí, como complemento del artículo de mayo.



Hola José Luis y gracias por pasar por ¡Ya Levántate!

Me agrada la gente que se cuestiona y que revisa lo que cree y lo que debe hacer. Aprecio tu artículo y deseo hacer algunos comentarios que no escribí en mi post original (recordarás que preferí hablar de un tema "lateral").

El orden de Dios fue (y es) Hombre con Mujer. La homosexualidad, junto con todos los demás pecados son condenados por Él, sus estándares son muy, muy altos, imposibles de alcanzar, por ello Jesús tuvo que pagar el precio que merecía nuestro pecado. Pero tú conoces todo esto, se infiere de tus líneas. [Lector, si no estás seguro de lo que quise decir, puedes leer este artículo]

El asunto que comento en "Homosexualidad... este... mejor hablemos de otra cosa" tiene más que ver con la realidad de que el mundo va de mal en peor y hay poco que podemos hacer, aparte de obedecer y llevar el mensaje del Evangelio. No lo he dicho yo, lo ha dicho Jesús mismo, además del apóstol Pablo, por ejemplo. Así que, mi propuesta es, sin insertar aquí el tema del "homeschooling", iniciar el tan deseado cambio o restitución de valores desde uno mismo, en la casa con los hijos y desde ahí, el mismísimo núcleo de la sociedad, proyectar ese tan anhelado cambio. La vida es breve mi amigo, y prefiero dejar claras las verdades bíblicas en mi casa y trabajar de allí hacia afuera, que intentar afuera y olvidarme de los míos a causa del tiempo invertido en otros lares.

¿Que si tiene derechos los homosexuales en sociedades de unión (o algo así)? ¿Que si tienen el derecho de adoptar niños? Eso la ley lo decidirá, "chueco o derecho", como diría mi abuelo, quedará en el papel y tú y yo podremos estar o no de acuerdo. Pero la ley humana no invalida la Ley de Dios, que eso nos quede claro. ¿Que nos preocupamos más por estos temas del matrimonio "gay" en vez de ocuparnos de los niños sufrientes de la calle y otros asuntos también urgentes e importantes? Sí, en muchos casos, pero nuestras omisiones no cancelan los principios y mandatos de Dios; esos nunca cambiarán, como tampoco cambiará la oportunidad de regresar a Él mientras tengamos vida (Romanos 6:23, Juan 3:16).

Recibe un saludo desde México.

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